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viernes, 27 de noviembre de 2015

¿Qué significan los sueños?

¿Sueñas? ¿Qué crees que son los sueños? ¿Qué sueñas?

Existen multitud de teorías acerca del significado de los sueños, casi todas ellas basadas en su interpretación. Interpretar significa darle una significación desde la cabeza, desde el entendimiento, desde la racionalidad. Y la realidad es que los sueños son de todo menos racionales. 

Los sueños se componen esencialmente de partes emocionales de nosotros mismos, unas tienen que ver con aspectos de nuestro día a día y a los que no prestamos atención, otras tienen que ver con negaciones de cosas que nos pasan o de asuntos que no tenemos resueltos, otras con recuerdos...pero el nexo común es que todas residen en el inconsciente y es durante la noche cuando aparecen puesto que en ese tiempo no tenemos en marcha los mecanismos más conscientes para taparlo. 

Si interpretamos un sueño, corremos el riesgo de querer que encaje en un esquema mental y no tanto en nuestra parte más emocional y vivencias que es desde donde podemos integrar lo que nos sucede. 

Entendemos la diferencia entre un sueño y una pesadilla en función del aporte emocional que le demos y esto es totalmente subjetivo ya que lo que para una persona es una pesadilla inmanejable puede no serlo para otra. Cuanto más evitemos el contenido desagradable de nuestras emociones y en general de nuestras vidas, más aparecerá este durante nuestros sueños, a los que llamamos pesadillas.  

Existen, por así decirlo, dos clases de personas, las que afirman que no sueñan y las que sí sueñan pero lo interrumpen. 

No hay nadie que no sueñe, todos lo hacemos y todos, debido a nuestras resistencias, olvidamos en seguida el sueño que hemos tenido antes de elaborarlo, a menos que haya sido lo bastante potente como para recordarlo durante mucho tiempo o incluso para siempre. Cuando ni siquiera recordamos un fragmento de nuestros sueños, nos sucede que vivimos evitando mucho más nuestro mundo interior, especialmente el más desagradable. Es una cuestión de huida, de retirada de lo que nos hace sufrir, de forma que, cuanto más conciencia tengamos de nosotros mismos, cuanto más "nos veamos", más conciencia tendremos también de nuestros sueños. Algo parecido sucede con las personas que afirman que solo tienen pesadillas y es que es el contenido más agobiante y doloroso el que se evita a toda costa y que sale a modo de angustia durante la noche. 

El proceso de interrupción tiene que ver con nuestro ritmo de vida, olvidamos con mayor facilidad las cosas que nos impactan menos o cuando consciente o inconscientemente queremos mirar hacia otro lado y olvidar. 

Los sueños nos aportan una información muy valiosa acerca de nosotros mismos y de nuestro interior, precisamente porque su contenido no puede ser manipulado, es el que es, igual que nuestro interior, es el que es. 

Para entender el significado de un sueño, hay que vivenciarlo para saber qué sentido tiene en nuestra vida y qué nos quiere decir. Esto es lo que propone la Terapia Gestalt. Para trabajarlo, hay que cerrar los ojos y contar en alto el sueño en primera persona y como si estuviera sucediendo en el momento presente, como si la persona lo viera en una película. 

Cada elemento del sueño representa una parte de la persona, hasta los más pequeños detalles lo son . Si pensamos, por ejemplo, que en nuestro sueño había una puerta, podemos parar a sentirnos esa puerta, ver cómo estamos ají, cómo está nuestro cuerpo y observar en qué momento somos y/o hemos sido una puerta en nuestra vida, De este modo y siguiendo este ejemplo, una persona puede decir: "soy una puerta, estoy entreabierta, soy grande y rígida, estoy oxidada..." y podríamos preguntar qué tiene que ver eso con su vida, cuándo es esta persona rígida, entreabierta, oxidada...

Y de esta forma con todos los elementos. Es importante que la persona se ponga en el papel de cada uno de ellos y vea de qué forma se relaciona con su vida, qué le está queriendo decir. Es una forma de experimentar cada papel y reapropiarse de él. En ocasiones son partes de uno mismo y en ocasiones pueden desencadenar situaciones con personas del entorno que no están resueltas, asuntos inconclusos con distintas figuras, padre, madre, pareja, amistades...que salen en nuestros sueños a veces con su misma forma y otras veces en forma de elementos diversos. 

Para poder integrar lo que descubrimos de nuestros sueños, hay que dialogar con esas partes, ver qué sentido tienen para nosotros, para qué están, para qué nos sirven y qué conflictos nos despiertan, podemos aprender a hablar con ellos y unirnos a nuestro esquema emocional, vivencias en lugar de entender. 

Cada persona es dueña de su propio sueño y, como en el resto de cosas, uno puede intentar poner un poco de conciencia sobre sí mismo para redescubrirse y sanarse a sí mismo. Así que, después de esta reflexión, ¿sueñas? ¿qué crees que son los sueños? ¿qué sueñas?

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